lunes, 30 de enero de 2012

EL PRESIDENTE ALQUIMISTA



Lic. Danny Roy Abanto Cachy
Era aquel ser que todo lo que decía cumplía. Transformó el agua en oro, y cuando se le pedía agua transformaba el oro en agua, era tanta su habilidad, inteligencia, ciencia, tecnología y filosofía, que cuando los cerros ya no eran cerros y el pasto ya no era pasto, y las lagunas ya no eran lagunas, tan solo con tocar esos lugares los dejaba tal cual como eran antes, los niños y niñas se deleitaban contemplando esa belleza paradisiaca para luego dibujar su hermosura. Los patos migratorios chapoteaban, recorrían con sus críos de un lugar a otro las lagunas, aquellas que campesinos cajamarquinos se oponían a ser trasvasadas en una clara muestra de ignorancia, a pesar que se les prometió hacer reservorios y triplicar el agua, y ganar millones de dólares para no ser subdesarrollados. Miren como las aves trinan, las flores silvestres ríen al verse nuevamente las caras, las vacas criollas con los toros mugen al contemplar el sol, y una lluvia fresca coloreaba los pastizales, los campesinos lavaban sus rostros con el agua fría y cristalina de esas que añoraban hace cien años atrás. El gavilán, el zorro y la vizcacha, amaban a su presidente alquimista.
Todos los extraños a los lugareños, llamados turistas querían ver la maravilla creada nuevamente por el alquimista, miles de millones observaron ese paisaje natural, tomaban fotografías, dibujaban, y se impresionaban tanto que internamente se preguntaron quien era el que había cuidado esa maravilla poco vista con captaciones de agua naturales, y no reservorios gigantescos para almacenarla, empozarla cuando llovía si es que llovía, rodeada con fierros esparcidos, maquinas oxidadas, paredes ferruginosas, huecos inmensos, y un vacio al respirar. Finalmente se escuchó ¿Quién logró volver a su estado natural esta parte del mundo jamás vista por nosotros? Todos respondieron fue el Alquimista. ¿Dígannos donde lo podemos encontrar? preguntaron, “él se encuentra al lado de nosotros”, porque entendió que la naturaleza aun no puede ser reemplazada por el hombre; eso es verdad dijeron, porque de dónde venimos solo hay ruidos molestos, smog, fábricas humeantes, aguas negras amarillentas y rojizas, a nuestros hijos les arden los ojos y viven enfermos, tienen manchas en la piel, y el agua es casi salada, y da tristeza ver que los peces ni existen en los pocos ríos que han sobrevivido, a eso a eso le llaman vivir en progreso. Quisiera que el alquimista nos acompañe para que realice obras colosales magnificentes como las que hace acá, y lo que promete cumpla por más dinero que exista para dar a los más necesitados, los grandes dueños del capital mundial. La gente de las alturas de Cajamarca hablaron: lo sentimos mucho no poderles entregar a nuestro alquimista, ya que es nuestro presidente, pero si pueden hacer algo, eduquen a sus hijos e hijas en cuán importante es cuidar el agua, y saldrán muchos alquimistas.

sábado, 28 de enero de 2012

LOS GUARDIANES DEL AGUA





Por Lic. Danny Roy Abanto Cachy.

Tenía que viajar rumbo al área de influencia del Proyecto Minero Conga y ver in situ lo que sucedía, al entrar por la ruta de San Nicolás de Chaiguagón (La Encañada), el paraje es encantador, sol, lluvia, opacidad por la presencia de nubes, todo un espectáculo, en ritmos distintos, las aves unas tras otras, algunas en alto vuelo, otras al ras entre gargachas, patos, jilgueros, zorzales canarios, y golondrinas conocidas por los lugareños como guayanitas. El suelo cargado de pastos en medio de húmedos terrenos a los cuales denominan bofedales, con corrientes de agua traslúcida reflejadas en acequias, es como la entrada al cielo, un mágico mundo de vida lleno de agua por todos lados. De pronto todo se escureció en la alegría de mis ojos, carros apostados en la carretera, no había pase, me acerqué, era la tranquera del Proyecto Minas Conga, propiedad privada, en la misma observé gente adulta cantando pidiendo que les den paso, hasta los niños cantaban a favor del agua y decían que venían en paz, querían entrar a ver el agua, su canto era de amor por el agua y ellos decían que eran pacíficos, al ver sus rostros lloré, porque en lo más profundo de su ser sentía que ellos amaban el agua en su estado más puro y natural, me conmoví, sentía que algo iba a suceder o alguien estaba por morir; los niños botaban sus lágrimas, percibían la vida en el agua; era un canto tan dulce y triste a la vez, dulce porque suplicaban y triste porque lloraban para ingresar, el servicio de seguridad no les permitía así se hinquen de rodillas; a otros carros si dejaban porque ya sabían quiénes eran los tripulantes, para los guardianes la carretera es propiedad privada y el agua también. Indagué más y aprendí algo, como dijo un joven cuando retorné aguas abajo, con mi visita tendría un post grado o una maestría, y así fue. Unas tres mujeres con látigo de cuero en mano decían: “Ustedes acá vienen a protestar; nosotros gracias a la minería estamos bien, tenemos nuestras casas en Cajamarca, nos dan para vivir, y ustedes qué nos van a dar, si ellos se van de qué viviremos.” Una respuesta impresionante, aprendí que el estado había abandonado muchos años estos lugares tan paradisiacos llenos de vida, y otras personas les habían dado hace 13 años muchas cosas que los gobiernos nunca habían hecho, lamentablemente el ganado existente es sólo un maquillaje hermoso, puesto que esa gente ya no vivirá más allí, sus hijos están abajo en la gran ciudad. No vi empresa alguna en esta parte, me pregunté ¿qué clase de desarrollo están aprendiendo? Les compran sus terrenos ayer y hoy, antes se los compraron por S/. 2 000 mil nuevos soles la hectárea. Esta gente es también mi país, reconocí que ellos tienen derecho a estudiar, ese derecho de ir a la universidad, pero nadie se acordó de ellos. Si no fuera por la minería nunca hubiera sabido que hay un paraíso a más de 3 600 metros m.s.n.m. y ese paraíso se llama Proyecto Minas Conga. Lo que sucederá allá arriba a unos 4 300 m.s.n.m. será la muerte de un sistema ecológico integral bien definido, no es sólo lagunas tan hermosas, sino un sistema bioclimático alto andino de jalca que prodiga vida al hombre, a especies de animales y plantas, algunas endémicas asentadas en bofedales, humedales, cerros, planicies; pero todo ello se convertirán en un silencio explosivo, un ecosistema de acuíferos desaparecerá con su manto de agua superextensísimo que se extiende hasta el Alto Perú (San Pablo), es pues en conclusión una supercabecera de cuenca. ¿Qué nos toca a los seres humanos hacer? sólo juzguen esto: “Me encontré en la puerta del cielo o del infierno con los Guardianes del Agua”. La inversión en nuestro país es prioritariamente extractiva. Si tuviéramos buenos líderes, nuestra visión sería el complemento de una con otra, siempre y cuando exista un respeto estricto del medio ambiente. Somos tan ricos que foráneos nos destrozan lo que no tienen, y nosotros aplaudimos y reímos festejando todo ello. Ese facilismo económico lo impulsamos con la minería; minería sí, pero no en lo que mis ojos han visto al igual que los niños y niñas. Me atrevo a pensar que gracias a estas alturas con estos ecosistemas provocan la lluvia, ese aspecto bioclimático se romperá y cada año disminuirá con tontos proyectos mineros que en Cajamarca se ejecutarán. Dentro de 5 años habrá una represa más y otra más y una que otra lamentablemente vacía. Cajamarca estará saturada de cientos y miles de vehículos; atrás quedarán los suelos alto andinos muy ricos, llenos de vida silvestre con cultivos que eran la despensa de nuestro Cajamarca; comeremos alimentos chatarras, por despreciar lo que hubo, como son ocas, papas, habas, chochos, ollucos, trigo, y frutales como las moras, en fin tanta biodiversidad que ignorantes gobernantes nunca entendieron que nuestra gente alto andina eran los guardianes de nuestra propia vida, mientras que los de abajo estaban hipnotizados en las compras de navidad, año nuevo, o fiesta que venga para disfrutar, compartiendo la tecnología negada a otros. Nuestra indiferencia nos seguirá cobrando la factura por gente que vio allí una riqueza en metal debajo de las aguas; los nuevos guardianes dominan la economía, tienen agua y oro; por ello la frase el oro y el agua o el agua y el oro van juntos, pero lo que no dicen es que dura poco, y ese divorcio es fatal, dejará miles de niños y niñas en el más abandono irremediable e irreversible daño, tan igual como las cabeceras de cuenca.
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domingo, 24 de abril de 2011

Una mirada al Mágico “Bosque Natural El Cañoncillo”

@Por. Lic. Danny Roy Abanto Cachy.

Mis pies desnudos cabalgan en febriles arenales,
ansiosos de conocer maravillas naturales, …

Dediquemos un tiempo al Bosque Natural El Cañoncillo, inspirémonos, encendamos la magia de nuestros versos y caminemos cantando las melodías de la naturaleza. Tal vez por allí encontremos a un árbol de algarrobo caminando, y nos daremos cuenta que son los guardabosques del Bosque y Complejo Arqueológico El Cañoncillo.
Hoy seré un árbol y quizás sentiré lo que ellos sienten, siendo un guardabosque; las ramas serán mis brazos, el tronco, mi columna vertebral para no desmayar, las raíces, mis pies que me permitirán caminar, y mi fruto serán mis manos, las cuales usaré para sembrar más hermanos. ¡Quiero ser un guardabosque!
Cuando se tala un árbol de algarrobo, no sólo éste muere, sino que miles de otras especies más tienden a desaparecer, como son las bacterias del género Rhizobium, hongos, y cientos de hormigas de distintas especies que recorren su leñoso tronco, arañas que tejen sus delicadas trampas, abejas que polinizan y utilizan la miel de sus flores, mosquitos que pululan por sus hojas y flores, lagartijas rayadas y otras jaspeadas que miméticamente se aferran a los trocos en busca de alimento y sombra al igual que el cañan (Dicrodon guttulatum), especies que están en peligro de extinguirse, como la famosa iguana (Iguana iguana) y el mencionado pacaso (Callopistes flavipunctatus), u otras como la boa (Boa constrictor), serpiente coral (Micrurus tschudii). A ello agreguémosle a las aves que se posan y construyen su nidal quienes huirán despavoridas; los mal llamados carpinteros pertenecientes a la familia Dendrocolaptidae con sus picos rectos y otros que lo tienen curvo, no hallarán alimento ni refugio, como la especie vista por primera vez, un año atrás, cuando caminábamos investigando pacientemente con nuestros amigos los guardabosques, perteneciente al género Campylorhamphus; los denominados lorillos (Forpus coelestis), aves inicialmente migrantes, ahora residentes, quienes nidifican en los troncos del algarrobo desaparecerán con su encanto y colorido; y por las noches los denominados pachatucos y búhos de a poco desaparecerán, tan igual que el bosque con su magia, magia que atrae a nuevos visitantes, así como el anterior, un ardeído de grandioso tamaño que nos costó casi dos semanas en determinar su nombre científico (Ardea cicoi), según sus características taxonómicas, la cual se posaba en los algarrobos más altos divisando sus lagunas encantadoras, mostrándose en ocasiones asustadiza porque no falta por allí algún cazador furtivo, de los pocos que hay, que dispara o mata una especie de pato casi inexistente en la zona, Anas cyanoptera, de pintoresco ojo rojizo (el macho). Las lagunas del Cañoncillo albergan a otras especies de patos como los Podilymbus podiceps y a especies pertenecientes a la familia rallidae como la Gallinula chloropus hoy considerada especie casi amenazada. La convivencia que se da en estas paradisíacas lagunas es digna de ser mirada u observada, ya que desde sus profundidades emergen singulares pececillos ( ) los cuales son la delicia de las aves que al menor ruido se enconden en la hinea (Typha angustifolia), y sobre las lapas o llamadas también ninfas (Nymphaea ampla) alberga una infinidad de mosquitos y gusanos, los cuales son muy bien aprovechados por tildillos, pavitas de monte, entre otras especies más pertenecientes a la familia scolopacidae, que recorren dichas plantas acuáticas, posándose muy delicadamente para no despertar sospechas de sus ocasionales visitantes, quienes serán su alimento.
La biodiversidad que engendra El Bosque Natural El Cañoncillo, debe ser siempre conservada y protegida, su fauna y flora silvestre representan nuestro patrimonio natural, paralelo al histórico cuyos restos arqueológicos fueron dañados por la mano brutal del hombre, que ignorantes autoridades y empresarios, aprobaron el tendido de cables de alta tensión con monstruosas torres de fierro que se ubicaron dentro de centros o patios ceremoniales pertenecientes a alguna cultura precolombina como podría ser Cupisnique o Mochica, con influencia de los Chimús, los cuales eran rodeados de una exuberante vegetación.
Merece reconocer y brindar un agradecimiento a los guardabosques voluntarios que apostaron por ver hoy en día un Cañoncillo aún no depredado con disparos incontrolables o por las mortíferas hachas que obedecen a bárbaros hombres que no tributan, ni mucho menos siembran algarrobos, mata burros (Parkinsonia aculeata)llamado también palo verde, espinos (Acacia macracantha), este último usado en la construcción de embarcaciones artesanales Pero la tarea recién empieza, y tendrán que lidiar con el más grande enemigo de la naturaleza, los intereses, egoísmos y necesidades del homo sapiens.

¿Qué sería el hombre sin los árboles y los animales?

Por: Danny Roy Abanto Cachy.

Siempre deberíamos preguntarnos ello, para luego pensar, responder y actuar del modo cómo nos relacionamos con nuestro entorno natural.
Nuestro medio ambiente ha sufrido profundas transformaciones, producto no necesariamente de las fuerzas de la madre naturaleza, sino que son en su mayoría causadas por la mano del hombre; trayendo consigo muerte y desolación de la vida de miles de especies de nuestra flora y fauna.
En su afán creador y de sobrevivencia irresponsable, el hombre viene matando todo aquello que le da vida, a esto agregaremos su afán de lucro, tener sin importarle caiga quien caiga. El conocimiento ecológico de la relación existente entre los seres vivos y el medio en el que viven, se hace oportuno en nuestras generaciones presentes y venideras. Para algunos resulta insignificante talar y quemar un árbol como sucedió en el siglo pasado “para los durmientes del tendido del desaparecido ferrocarril Guadalupe – Pacasmayo- Chilete calculado en veinte mil plantas, lo que se estima constituiría 300 a 400 hectáreas de bosque” (Deza, Jaime). A pesar de ello sobreviven algunos pequeños bosques de algarrobo en nuestra provincia de Pacasmayo; pero que si continuamos derribándolos no quedará nada, trayendo no sólo la desaparición de la especie Prosopis pallida, sino otras especies de algarrobo existentes que por desconocimiento no nos damos cuenta y que sólo queda en un conocimiento vulgar “nadie ama lo que no conoce” (Baba Diom). Al derribar un árbol traeremos consigo la muerte de miles de artrópodos (insectos, arácnidos), gusanos y muy en especial de nuestras aves, las cuales padecen el asedio monstruoso de la bestia educada Homo sapiens mediante el uso de huaracas o jebes que lanzan piedras y las escopetas con su ruido ensordecedor de sus disparos so pretexto para la alimentación, que es más otra cosa por pura diversión, originando la huida de las aves, y un sin retornar como ocurre con el cernícalo (Falco sparverius). Otra de las plantas cruelmente dañadas es el sapote (Capparis acabrida) arbusto primitivo que da un fruto verde que gusta a pájaros y zorros; dicho arbusto viene siendo quemado, conjuntamente con el algarrobo y el vichayo (Capparis oviflora), para ampliar la frontera agrícola especialmente entre los límites de la provincia de Pacasmayo con Cajamarca. El desierto costero de esta parte del Perú, con su ecosistema característico tiende a desaparecer y con ello la flora y la fauna característica, como ya el casi extinto pacaso (Iguana iguana), o el mal llamado cebiche de lagartija. Así irán desapareciendo por completo los animales como lo fue el venado, dibujado en actitud de casa por los antiguos mochicas, la vizcacha, y muy pronto en nuestra zona el zorro del desierto (Pseudalopex sechurae), el huerequeque (Burhinus superciliaris), y no muy lejos la lechuza de los arenales (Athene cunicularia) vidas que no tienen el derecho de desaparecer, como los escasos cachueleros o martines pescadores (Ceryle torquata), habitantes de las riveras del río Jequetepeque quienes se alimentan de peces llamados cachuelos(Bryconamericus peruanus). Pero también el río Jequetepeque ha sufrido profundas variaciones en los últimos años, al considerlo sólo como un medio de irrigación para campos de cultivo, y no un medio donde habitan gran variedad de especies de vida animal; por ello cada año que pasa una sufrida ave huaco (Nycticorax nycticorax) y un hermoso huaquillo tienen que adaptarse y sobrevivir por un milagro para poder alimentarse, y esto mismo sucede a los peces, quienes tienen que soportar y evadir la dinamita o el veneno de un plagicida para no ser pescados con crueldad. No olvidemos lo tonto que fuimos al considerarnos orgullosos en 1972 de ser los primeros exportadores de anchoveta, después de ello sólo nos queda decir que efectivamente sí obtuvimos ese deshonroso lugar de ser los primeros exterminadores y depredadores de la vida en el mar, porque al faltar una especie matamos a otras, esto es muy obvio en la denominada cadena alimenticia. Lo que ocurre a los animales y los árboles ocurrirá también al hombre.

jueves, 7 de abril de 2011

VENTA DE LIBRO MANUAL SOBRE LA VIDA SILVESTRE DE LAS AVES EN EL VALLE JEQUETEPEQUE

El costo con envío a domicilio es de 30 nuevos soles, es un libro para niños, estudiantes del nivel primario y secundario, así como para universitarios y profesionales que quieren urgar en el mundo de la naturaleza. Si está interesado escribir al correo ajpesalvandovidas@hotmail.com para el envío respectivo.


El agua indispensable para la vida en el valle Jequetepeque

Desde el asentamiento de las primeras culturas en el valle Jequetepeque (1 600 a.c.) el agua ha sido indispensable para sus vidas y la vida de la fauna y flora silvestre, la presencia de pirámides truncas, centros ceremoniales con plataformas rectangulares o cuadradas, amuralladas cercanas a fuentes de agua son la evidencia más notoria hallada por pobladores y estudiosos en el campo de la arqueología, dichas construcciones las podemos observar aunque deterioradas por el tiempo a lo largo del río Jequetepeque con sus respectivos canales (brazos secundarios), son evidencias en Tolón, Pitura, Talambo, Limoncarro, Cerro Chepén, Cerro Azul, Farfán, Cerro Dos Cabezas, Pakatnamú, Puémape, Ñampol, Jatanca, Tecapa, San José de Moro, y por supuesto en Cupisnique. Los grupos humanos entendieron que sin el agua no hay vida. La agricultura fue una de las actividades más importantes, no sólo por haber abarcado más de 60 000 has. sino por la presencia de obras hidráulicas que mejoraron la distribución del recurso agua, satisfaciendo las necesidades alimenticias, que incluían frutos, gramíneas, peces y crustáceos, por lo que el mar fue otro de sus aportantes y no sólo los ríos, e inclusive los humedales para extraer la totora o hinea recurso útil para la construcción de pequeñas balsas. Los bosques existentes en la cuenca baja y alta del río Jequetepeque fue un espacio aprovechado para la caza de algunos mamíferos como el venado, siendo la madera útil para la construcción y cocción de los alimentos, dan fe de ello los restos hallados en huacos, frisos y asentamientos humanos alrededor de los centros ceremoniales y militares. Fue un mundo organizado en base al aparato productivo, basado en la agricultura, la crianza, la pesca, la artesanía, orfebrería, textilería y arquitectura. Fue el agua el portador de la civilización en el valle Jequetepeque, representó el dominio, símbolo de respeto y cuidado, pero también de temor por fenómenos como las persistentes lluvias que causaban destrucción a sus construcciones y campos de cultivo, las plagas emergentes dañaban los sembrados así como causaba alguna epidemia a los pobladores; por ello el agua era símbolo de veneración y sacrificio, era necesario apaciguar su furia, la naturaleza era su dios, cuya representaciones eran variadas, formas algorítmicas, con colores y línea que dan forma a figuras geométricas que representan a su dios que determina en sí la simbología de su percepción del mundo y cómo se conduce éste (cosmovisión), por ello se aprecian formas de la vida real disfrazadas. En la actualidad cuál es nuestra cosmovisión del agua, nuestro algoritmo sobre el manejo y cuidado del agua, cuál es nuestro sacrificio y veneración, a quién imploramos su presencia o sosiego para seguir existiendo, sólo nos acordamos de ella cuando la necesitamos por un periodo largo de sequía, o cuando existen inundaciones, calamidades con muerte y desolación, sino fuera por estas desgracias no nos acordaríamos de ella para rendirle un justo y merecido homenaje. Siempre estamos contaminando el agua, arrojamos desechos tóxicos, pomos de plaguicidas contenido de los mismos para realizar pesca artesanal o por consumo familiar, matando lo que nos da de comer, somos irresponsables lavando vehículos llenos de grasa en medio del cauce del río, nos pesa mucho trasladar el agua a otro lugar, desechamos y vertimos basura a la misma, plásticos, pilas, pañales, latas, aceites, y aguas servidas no tratadas, alimentamos cada día al agua de escoria, y encima somos tan sínicos que queremos esté limpia para bañarnos y beberla. Hoy 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua, agua que es el motor de la economía en el valle Jequetepeque parte baja, donde se siembra arroz, maíz, alcachofa, ají piquillo, ají páprika, albaca, cebolla, tomate, palta, pimiento, espárrago, maracuyá, uva, etc., para el consumo interno y la agroexportación, dando trabajo a cientos de pobladores, abarcando un área total bajo riego de 52, 412.07 has. (Fuente Junta de Usuarios valle Jequetepeque-setiembre 2008), y esto gracias a la represa Gallito Ciego, construido para un mejor aprovechamiento de las aguas del río Jequetepeque, cuyo volumen útil de 392 MMC al año 2000 favorece además a la generación de energía eléctrica (Fuente PEJEZA). Cuidar el agua y mantener el volumen útil del agua en esta represa es un reto para el hombre del valle que desconoce su origen que va desde la parte alta de la cuenca comprendida desde el eje de la represa hacia aguas arriba, cuyas nescientes hidrográficas son sus principales tributarios desde altitudes que comprenden los 3,800 msnm. a 4,000 msnm., en esta zona sica en el caserío de Alto Perú, distrito de Tumbadén, provincia de San Pablo, lagunas que constituyen acuíferos naturales que alimentan de agua en parte a la cuenca del río Jequetepeque, cuya laguna se ubica para algunos en la colina Agopiti (departamento de Cajamarca). La Cuenca del Río Jequetepeque comprende un área de 4,372.50 Km2. Los ríos que dan origen al Jequetepeque son el río Pallac, con una cuenca de 250 Km², San Miguel o Puclush con una cuenca de 1 065 Km² y el Magdalena con 1 500 Km². El sistema hidrográfico incluye una red de drenaje de más de 30 ríos secundarios así como un número elevado riachuelos y quebradas menores (Fuente PEJEZA). La parte alta de la cuenca merece una especial atención, ya que es allí donde se inicia la vida para el valle Jequetepeque, debemos preguntarnos ¿qué actividades hay en esta parte de la cuenca?, pues existen carreteras, actividad minera no metálica y metálica, ganadería, y una pobre agricultura; todo ello merece hacernos las última preguntas ¿qué estamos haciendo para no destruir lo que nos da vida? ¿qué haremos cuando deje de llover, ya que recordemos que la cuenca del río Jequetepeque se encuentra bajo las incidencias climáticas tanto del Pacífico, como de la vertiente Altoandina Oriental (de la cuenca del Amazonas), con precipitaciones anuales entre 500 y más de 1000 mm. en la parte alta?. Agua sigue dándonos de beber, perdónanos por ser injustos contigo, y en este día tan especial sólo nos resta decirte gracias por dar la vida a nuestros campos, por alimentar a nuestros animales e hijos y por preservar la vida silvestre en el valle Jequetepeque.